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marzo 14, 2011 / memopozos

Pinches Mexicanos… Pinches Indios…

Es sábado por la noche, no, mejor dicho ya la una o dos y media de la madrugada mientras que por una de las avenidas más largas de aquella gigantesca ciudad va una enorme camioneta Hummer, un auto hermoso, bellísimo, lleno de lujo, color negro que parece brillar en la oscuridad de aquella calle como un enorme lingote de oro negro, me imagino que muchos no sabrán lo que significa un lingote, es su problema, no el mío. Dentro de él, la música moderna electrónica de aquel momento, Offer Nissim, ATB y no podía faltar Lady GaGa y artistas de esos que gracias a Dios ayudan a olvidar lo patética que en realidad es la vida de algunos jóvenes. Conduce un adolescente, no más de dieciocho años, su cara bellísima, totalmente fina. En realidad los seis jóvenes de no más de veinte años dentro de la camioneta son así, de una belleza muy poco común en ese país, dos mujeres y cuatro hombres. Todos en un ambiente envidiable por personas de esa edad, cocaína, sexo, ropa cara y de marca en todos lados, el conductor de ojos azules siente la adrenalina dentro de él cada que acelera un poco más el auto, mientras la jovencita de un costado de él fuma marihuana y sonríe con la mirada pérdida y sin darse cuenta le sube un poco más al volumen para bailar un poco.


De pronto:

—¡Wey, wey —dice uno de los chavos de atrás—, ve eso, ve eso.

Señalaba un grupo de chavas en un Tsuru 1990 que venía frente a ellos un poco más despacio, escuchando música de banda, La Arrolladora, para ser precisos, a todo volumen de la misma forma, solo que aquellas bocinas estaban un poco más corrientes,  parecían estallar en cualquier momento.

—Dale despacio, dale despacio —dijo la muchachita que iba adelante en la Hummer—, pasa cerca de ellas y sonríeles.

—jajaja —sonrío la otra mujer de atrás—, no mames wey, pinches indias, pinches mexicanas, nos van a secuestrar, yo no traigo monedas para dar limosna.

—Cállate, pendeja, mejor ponte el bra —dice, Tiffany, la de adelante y le susurra al conductor en secreto—, coquetéales, nada más sonríeles tantito.

El chavito que conduce hace caso y baja un poco el cristal de su lado y al acercarse a ellas disminuye un poquito la velocidad, pasa justo a un lado del carro, ellas al ver aquel imponente auto y la belleza primermundista del chavo también disminuyen la velocidad, cruzan miradas y también sonríen.

—Se las van a robar —dice el muchacho de la Hummer.

—Pero los ovnis —dice en secreto uno de los chavos ricos—, pinches garras parecen extraterrestres.

Todos dentro de la camioneta ríen a carcajadas a excepción del conductor quien se aguanta la risa y continua con la broma.

—Qué onda, por qué tan solitas.

Pus tú di —contestó al fin la conductora del Tsuru— ¿No nos haces compañía?

—Cómo dijistes que te llamas guapo —preguntó otra de las mujeres dentro del Tsuru.

—Elver, Elver Gon —contesta el chavo aguantándose como nunca la risa, mientras sus compañeros dentro del lujoso auto no se aguantan nada y ríen cómodamente— y tú, linda, cómo te llamas…

—Jackeline —asomó por fin la cabeza un jovencita de piel morena y de pelo largo color obscuro, acompañado de dos mechoncitos y fleco enorme que casi le llegaba a los ojos, con un color rojo intenso en los labios y unos elegantes lentes oscuros—, me llamo Jackeline.

—NO MA-MES —dice un chavito de la parte trasera de la camioneta completamente fumado—, está pinche naca mañana sale con Laura Bozzo en “Señorita Laura, soy tan fea como una patada en los huevos”. “!Que pase la desgraciada!”

—jajaja —ríe su novia a un lado de él— lo que no entiendo en dónde está su sol, o para qué necesita los lentes oscuros a las tres de la mañana.

—Ya, rey, vámonos —dijo la chava a un lado del conductor de la Hummer—deja los nopales para otro día.

El jovencito, con una sonrisa hermosa y fina se despide de las adolecentes del Tsuru explicándoles que por el momento ya es tarde, pero que sin duda deberían de hacer planes para otra ocasión… toma un tarjeta de su cartera, la del médico de su familia y se las da, creyendo ellas que era su número de teléfono se ven notablemente emocionadas. Y los dos carros continúan su camino.

—Wey, le hubieras dicho que te pasará su Hi5 —dijo uno de los ricos—, ya me la imagino, tomándose fotos en su cuarto lleno de posters de la banda El Recodo y Paquita la del barrio. Hasta acá me llegó el pinche olor de pobre de esas viejas, obvio traían el París Jilton.

En el Tsuru…

—No mames pinche Guadalupe —dijo una de las chicas, quien busca su disco de Jenny Rivera—, para que le dijistes que te llamabas Jackeline… le voy a decir a tu papá que andas negando tu verdadero nombre… ahh ¿Josefina Guadalupe?

—Wey… no chingues, cómo le iba a decir que me llamaba así… ¿Te imaginas? Que no vistes el carrazo que traían esos riquillos, ya mero iba yo a decirle mi verdadero nombre, ese nombre es de indios, mija, ubícate ¿Quieres salir de pobre o no? Ya sabes como son los pinches mexicanos.

De pronto:

—Wey, Wey, —dice Guadalupe Josefina—, ve eso, ve eso.

Señalaba a un grupo de chavos, en bicicleta, que venían frente a ellas, muy despacio con una grabadora pegada, a todo volumen, los corridos de los Tucanes de Tijuana sonaban alegremente y ellos notablemente pasados de copas no pudieron evitar verlas y sentirse excitados. Cuatro hombres, de piel muy morena, dientes sucios y saltados, camiseta blanca y botas picudas. Uno de ellos, con una Virgen de Guadalupe plasmada en su pantalón les pita con una extraña corneta adherida a su “nave”.

—Pinches Indios, —agregó Josefina a la guapa conductora—, no, no, no, ni te les acerques, han de oler a Pozole, pinches prietos, si traen la playera de las chivas… a huevo, son albañiles o albañiles.

A final de cuentas, la conductora se acerca un poco a los chavos de las bicicletas y con una sonrisa, les pregunta:

—¿No se suben?

Sonríen entre ellos inocentemente y algo apenados se acercan al pequeño automóvil.

—Pero a un árbol —grita la conductora entre risas mientras acelera y se pierde en el camino— ¡pinches changos!

Los chavos aquellos, todos ellos notablemente humildes y efectivamente, albañiles, se miraron un poco desconcertados y entre las risas uno de ellos termina diciendo, “pinches indias”.

—Bola de putas —agrega otro—, rascándose la entrepierna.

Comienzan a cruzar la calle, y otro de ellos, un poco regordete y con algunas caguamas dentro de sí, se aprieta su entrepierna y agrega:

—Ellas se pierden de esto… hahaha.

De pronto, escuchan muy cerca de ellos sin saber en qué momento exactamente el frenar de unas llantas sobre el pavimento de manera estruendosa, exagerado realmente, un instante ensordecedor que dura muy poco, pues todos sienten una bola de fuego estrellarse contra ellos, no les da tiempo de voltear o saber qué es lo que pasa, solo se ven unos a otros en el aire, algunos aun sobre sus bicicletas. Unos de ellos cae al pavimento escuchando como cruje su cabeza al estamparse sobre el pavimento, siente escalofríos sobre todo su cuerpo, sólo alcanza a ver a sus otros compañeros en el suelo, con sus cuerpos destrozados, uno de ellos completamente deshecho del cráneo. A lo lejos alcanza ver que una elegante Hummer sigue frenando sin poder detenerse y cuando al fin lo logra, aspira un último aliento y muere.

—No mames, no mames ¡Wey no mames! —Se baja gritando el conductor de ojos azules de momentos anteriores—, los matamos, los matamos a todos… ¡Me va a matar mi papá!

—Pinches indios pendejos, —dice una de sus amigas bajándose de la enorme abrochándose el sostén y cuando ve bien la imagen, continúa—: ¡Dios mío!

—Vámonos, pendejo —gritó uno de sus amigos—, no hay nadie… ahí déjalos… son indios, nadie los va a reclamar. A quién chingados les importan unos pinches ñeros, quién los va a extrañar… ni su pinche madre, wey… vámonos antes de que llegué la puta patrulla o pase alguien…

—¡Sí, Wey…! —Agregó otra de las muchachas—, qué les ves… vámonos.

El joven, sin poder despegar la vista de la cabeza deshecha de uno de los indios, corrió hasta la camioneta y sin pensarlo arrancó… la camioneta, ya sin música y sin sexo, se perdió en la carretera…

De entre los árboles sale un anciano, indigente, y observando con una mirada irónica se acerca lentamente a los cuerpos… (O lo que quedaba de ellos), sin dejar de sonreír y tararear “México, lindo y querido” comienza a sacar las carteras de los cuatro muertos a media calle junto con sus enormes y excéntricas medallas de la virgen de Guadalupe bañadas en oro.

—Pinches Indios, pinches mexicanos de mierda —decía el señor mientras se retiraba de la escena del “crimen” con el cantar de las patrullas a lo lejos—, son la puta onda.

Gracias por leer, si les gusto compartanlo y comenten.

30 comentarios

Deja un comentario
  1. oyieth / Mar 14 2011 9:27 pm

    Es una pena que buena parte de la identidad nacional del mexicano esta basado en la vergüenza por ser mexicano.

    • memopozos / Mar 15 2011 12:25 am

      Agradezco tu comentario, pero sobre todo, agradezco tu tiempo para leer el post, gracias.

  2. Eqiiz / Mar 15 2011 2:02 am

    Hoy precisamente vi un caso parecido a este, bueno, no a todo este pero contenía la esencia, por lo pronto empezare por mi y los que me rodean. Saludos Sr. 🙂

    • memopozos / Mar 15 2011 6:18 am

      Como siempre, Oscar, agradezco que me regales unos minutos para leer, neta.

  3. Gran Jack W / Jun 7 2011 4:56 am

    Lamentable es que la gente no entienda lo que dice; no entiendo el porqué hemos de avergonzarnos por la palabra «indio», ¿porque existe ese racismo entre nosotros? ¿no deberíamos estar unidos? … ¿o acaso es mejor ser extranjero? ¿Porque la gente denigra a todo a quien puede?….
    Interesante post…

    Atte. Una persona pensando cómo cambiar este país…

    • Alejandro / Sep 6 2012 12:21 am

      Pinche indiO este país nunca cambiara a menos de que maten a la gente pobre

  4. memopozos / Jun 8 2011 2:04 am

    Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo, de verdad lo aprecio, saludos.

  5. jackniger / Jun 9 2011 8:45 pm

    Me llamo la atención tu post por el titulo y si me gusto,
    sobre todo por la ironía y como reflejas la situación, no sé si sea cierto que todas las personas puedan ser asi, pero me da miedo creer que inclusive puede ser basado en algo real, jaja de cualquier forma es buen texto. ciao

    • memopozos / Jun 10 2011 2:49 am

      Sí, en el fondo siempre da miedo creer que las personas somos o son así, pero siempre hay un foquillo de esperanza. Mil, mil gracias por leerlo, un abrazo.

      Por cierto, me pasé a tu blog y está muy chido. Aun no leo todo, pero lo poco que he leído, de verdad que me ha gustado.

      Saludos.

  6. Gerardo Hdz / Jul 24 2011 2:51 pm

    Me gusta la analogía implícita en el texto, una historia como tantas que no vemos y que suceden a dario. Me gusta mucho tu forma de escribir.gracias por compartirlo.

    • memopozos / Jul 25 2011 10:49 pm

      Jovencillo Gerardo, qué bueno que te haya gustado, muchas gracias por leerlo! 🙂

      Saludos.

  7. Fercho Aguilar / Sep 25 2011 12:38 am

    Chale, la verdad es que si me caló, ¿cuántos de nosotros no hemos estado prácticamente en todas las posiciones? O sea, con la certeza de lo que siente el de la hummer, las del tsuru y los de las bicicletas. No pues si definitivamente no necesitamos a extranjeros para darnos en la madre. Viva México.

    • memopozos / Sep 25 2011 12:59 am

      Joven Fercho, mil gracias por leer, y sí, día a día, como mexicanos son muchas las cosas que calan como raza… Viva México! Saludos.

  8. Ugigana Oo / Dic 17 2011 4:59 pm

    muy bueno ehh, y pues si te pone a reflexionar el dia que dejemos de ser a si mexico ira un paso adelante

    • memopozos / Dic 17 2011 9:38 pm

      Gracias, y pues es un poco la idea, ponernos a pensar quién realmente tiene a México siendo lo que es. Gracias amigo por leer.

  9. paco / Ene 8 2012 8:14 pm

    muy buen articulo creo que es la realidad de todos quien despues de los 18 años no ha hecho algo similar simplemente en el trabajo la lic. de recursos humanos que ve a los trabajadores como lo peor y la gente de produccion ve a las personas de limpieza como lo peor etc… o quien no ha dicho me voy a casar con una guera para mejorar la especie por favor es hora de cambiar si supieran que en europa hay muchos hombres y mujeres que quisieran casarse con mexicanos por su cultura mas apegados a la familia a ellos no les interesa el color de tu piel y o apariencia buscan valores y eso hay que conservarlos gracias por tu articulo

    • memopozos / Ene 8 2012 10:21 pm

      Gracias a ti Paco, por leerlo, qué padre que ta haya gustado. Sabes? Recién pasó lo de la hija de Peña nieto, que llamo «Prole» al pueblo mexicano recordaba justo el texto, y no por que ella haya actuado como actuó, sino por la lluvia de críticas que recibió del pueblo mexicano que se sintió íntimamente ofendido por sus palabras, y pensé, por Dios! El crimen de la niña no es decir que lo que dijo, sino decirlo de manera pública, el hacerlo a nivel nacional, porque a final de cuentas muchos mexicanos, y no sólo ricos, piensan como la niña. Si bien ella pudo haber sido la que iba en la Hummer, pero de igual forma hay muchos como las chicas del Tsuru, en fin, esto es México.

  10. Salvador / Abr 1 2012 7:47 pm

    Soy the origen centro americano y creci en en la ciudad de ny. La empresa con la que trabaja me envio a trabaja a la ciudad de matamoros en tamaulipas donde trabaje por mucho tiempo y tube la oportunidad de.tratar desde politicos y empresarios millonarios, hasta operadores de maquiladora. Siempre me intrigo mucho el desden que existe entre las diferentes clases siciales. la cual esta historia muestra muy efectivamente.Posiblemente por que en estados unidos estamos mas acostrubados a descrimicion racial y no social que tambien existe pero no estan visible como lo que vi y vivi en mexico. Lo mad insolito.para mi es que todos aman su mexico lindo, pero se desprecian entre si. Es pisible que mi pais tambien sea ugual, pero en realidad solo e estado expuesto a la socied mexicana.

    • memopozos / Abr 2 2012 12:35 am

      Hola, Salvador, pues agradezco el tiempo que dedicas al leer mi entrada pero sobre todo al comentarla, México es un país hermoso, pero extraño y cruel, creo que México es ahora un país de consecuencias, espero de verdad que esto llegue a cambiar alguna vez, porque como bien dices, amo a mi México lindo, siempre pensado que el único defecto de México es su gente.

  11. veligallegos / Abr 17 2012 1:13 pm

    Excelente relato, demasiado actual. Son claros ejemplos de la discriminación que sentimos entre nosotros mismos, tanto por los gustos en música, formas de vestir y sobre todo en el color de piel. Qué tontos somos las mayoría de los mexicanos, despreciamos nuestras raíces y siempre creemos que los demás son «la chusma», como diría Quico en el chavo del Ocho. Estoy encantada de leer tu post.

    • memopozos / Abr 18 2012 1:11 am

      Sí, es el eterno miedo de los mexicanos de sentirnos realmente mexicanos, se nos ha enseñado tanto que somos una raza inferior con miles de defectos que hemos comenzado a hacer de todo para olvidarnos de lo que realmente somos, una raza humilde pero de grandes capacidades. Suena trillado pero la verdad es que somos un país con un enorme corazón y no queremos aceptarlo, estamos tan ansiosos de la modernidad que eso significa, erróneamente, dejar de lado lo que significan nuestras raíces, aquellos inditos nobles y trabajadores, ingenuos pero al mismo tiempo de gran inteligencia. Nos toca, a los que más o menos nos damos cuenta de ello, enseñar a la gente que se puede ser grande sin dejar de ser pequeños. Gracias por leerme y comentar, un abrazo.

  12. cacke / Abr 22 2012 4:06 pm

    Fíjate que navegando por la web, me encontré esta delicia. Que bien está tu relato, te rifaste con la historia y con la voz que le pones a los personajes dentro de la misma, ¿me das el permiso de usarlo en mis clases? Soy profesor.

    • memopozos / Abr 23 2012 12:09 am

      Claro que puedes usarlo, para mi es un halago, y qué chido que te gustó, pero sobre todo que padre que me diste un poco de tu tiempo para leerlo. saludos y que estés bien, ya luego me cuentas que opinaron tus alumnos del texto… va?

  13. alex cory jordan justice moseley / Dic 2 2012 7:25 pm

    no chinguen pinches prietos como oyen la arrolladora y la chava prieta con fleco no me vaya a secuestrar no doy limosna

  14. 555 / Dic 9 2012 7:20 pm

    buenisima la historieta, de verdad muy buena pero no sera que tu memo secretamente te identifiquez con la chavalada del hummer y muy adentro te crees superior a la indiada de prietos como identificada en la historieta? saludos y felicitaciones esta buenisima.

    • memopozos / Dic 30 2012 12:03 pm

      Ouuhh no, no, no seré bello físicamente, pero como persona jamás me sentiría ni superior ni inferior a nadie… saludotes y gracias por leer.

  15. book moscow hotel / Mar 11 2013 5:17 pm

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    pues con este caso nos damos cuenta que sin extranjeros nos ponemos en la madre se que es estar arriba y que es estar abajo como veras no siempre serás rico ni pobre

  17. he saucedo / Nov 2 2013 2:42 pm

    deberias hacer un corto de esta historia…esta muy buena…

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